“Salimos con la resolución, no hay más tiempo”, le dijo Roberto Feletti a Alberto Fernández. Fue durante una conversación que mantuvieron el martes por la tarde en la que planteó que avanzaría con el plan de congelamiento de precios aunque un sector de la industria alimentaria se negara. El Presidente avaló la medida y, a una semana de asumir, el secretario de Comercio dio a conocer la medida, que no tardó en generar polémica.
Dos semanas atrás, Feletti se desempeñaba como secretario administrativo del Senado bonaerense y no tenía pensado volver a la administración nacional, que dejó hace diez años. Pero el llamado de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, lo hizo regresar. Feletti nunca creyó que estaría a cargo del control de precios. “Siempre trabajé en las áreas macroeconómicas, esto es economía real y dura”, dijo en la intimidad al ser sorprendido con el ofrecimiento de este puesto. Había sido viceministro de Economía entre 2009 y 2011.
El secretario de Comercio reconoce que se reencontró con empresarios “con mucha reacción ideológica” y que no esperaba tanta resistencia a una medida que considera “tibia”. Después de las primeras conversaciones, el funcionario quedó sorprendido al verlos “mucho más ideológicos que antes”. En su entorno explica que “se esperaba que hubiera una negociación en la que discutamos que determinado producto quede afuera por ser la crema de la rentabilidad de la empresa pero en las charlas nos encontramos con que nada de lo que planteábamos era posible. Se ve que hoy tienen un partido político que los acompaña en las demandas y que la derrota electoral del Gobierno los hizo pensar que podían imponerse ante una gestión que creían debilitada”.
Pero Feletti llegó dispuesto a hacer que el congelamiento se cumpla. “Si nosotros dejamos que cincuenta empresas manejen un país, estamos en un problema”, dice el secretario de Comercio en la intimidad. “Acordamos con el 80% de las empresas. Se trata de mantener los precios de 1.500 productos sobre 15 mil, no estamos afectando la rentabilidad”, repiten desde la Secretaría de Comercio sobre la medida que ahora deberán demostrar que funciona.
“Capitán Frío” es como empezaron a llamarlo algunos empresarios después de la resolución que emitió sin conseguir un acuerdo con la totalidad del sector. Feletti no reniega de este sobrenombre. En la reunión previa a la asución, el dirigente peronista le planteó a la vicepresidenta que era necesario “frenar la presión monopólica e intervenir este mercado, que en las últimas semanas no mostró ningún límite en la aceleración de precios”. Cristina Kirchner coincidió y avanzaron en el programa que retrotrae los precios al 1° de octubre y los congeló hasta el 7 de enero.
La defensa de la medida por parte del gobierno de Axel Kicillof y los intendentes contrasta con el silencio que mantuvo hasta ahora el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, de quien depende la Secretaría de Comercio. “Es un vínculo razonable. Tampoco es que se juntan a comer”, dicen desde el entorno de Feletti sobre la poca relación que mantuvieron en los primeros diez días de gestión.
En cambio, con quien sí almorzó el secretario fue con el ministro de Economía, Martín Guzmán. El encuentro fue el miércoles, un día después de que se publicara el congelamiento en el Boletín Oficial. Aunque el ministro les resta importancia a estas medidas para combatir una inflación que describe como multicausal, desde los dos despachos aseguraron que ese mediodía coincidieron en cómo avanzar hasta el 7 de enero para que el plan diera resultados.
¿Qué va a pasar con los precios cuando llegue esa fecha? Es la pregunta que más escuchó Feletti en las últimas horas. Responde que después de noventa días espera poder seguir contando con una canasta de alimentos que esté correlacionada con los salarios. Ya no habla de congelamiento pero sí de seguir garantizando “una canasta para el pueblo”.
Feletti no duda cuando tiene que nombrar a un líder. Su jefa política es Cristina Kirchner. Pero conoce a Alberto Fernández por su militancia histórica en la Ciudad de Buenos Aires, y cada movimiento que hace como funcionario nacional se lo anticipa al Presidente y a la vicepresidenta, veedora del plan de control de precios desde su concepción.
En las próximas semanas, Feletti buscará seguir acordando la lista con los empresarios que ya conoce por su paso por el Ministerio de Economía y la vicepresidencia del Banco Nación. Pero hay un cruce que ya tiene treinta años y es con el presidente de la Copal, Daniel Funes de Rioja. El funcionario era un técnico del Banco Central cuando las medidas sindicales que comandaba lo llevaron a la Justicia. El abogado al que tuvo que enfrentar en aquel entonces era el mismo que hoy salió en rechazo del congelamiento de precios.
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