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Desaires en el búnker de Juntos, el impacto para Cristina y los intendentes eternos

Se abre el turno de clandestinidadEn esta temporada gris, de transición hacia un no-sé-qué, hasta el 10 de diciembre hay que concentrar la mirada en los movimientos de fondo, lejos de las anécdotas. Habrá mucha actividad clandestina de los tuneleros de la política. Por ejemplo, los movimientos del peronismo en Buenos Aires para facilitarles el destino a los territoriales que quieren cobrarse la faena de haber remontado los números de las PASO. La derrota del domingo es consecuencia, también, del veto a las reelecciones de intendentes. El crimen no paga, ríen algunos alcaldes. También póngale un ojo a las aventuras para capturar bancas en la Cámara Alta, que le permitan al oficialismo recuperar el quórum en el Senado de la Nación. Y a los replanteos de liderazgos en la alianza Cambiemos entre el PRO, la UCR y la Coalición.

Los intendentes quieren cobrar con reelecciónLa primera factura para cobrar la tienden los intendentes del peronismo en la Provincia. Se les reconoce el logro de haber acercado el resultado a menos de dos puntos de diferencia con la oposición. Esa factura está dirigida, no a los ganadores de Juntos, sino a los perdedores en la puja interna del peronismo con los territoriales: el cristinismo que se subordina a Maxi Kirchner y a los revenidos del massismo. Son los responsables de la ley que les impide a los intendentes un tercer mandato.

Como resultado del esfuerzo de los territoriales, el peronismo mejoró su representación en el Senado de La Plata. Ahora empatan 23 a 23 en la cámara alta provincial, pero peligra su hegemonía en Diputados. Están 43 Juntos, 42 Frente de Todos. Un diputado de FE pude pegarse al FdT, pero Juntos desempataría con el apoyo de un diputado vecinalista de Chivilcoy. Juntos espera, además, que, en elecciones chivas, Espert le acerque sus tres diputados. ¿Cómo no promover una ley que derogue ese veto que afecta a centenares de intendentes y legisladores que están en la flor de la vida?

Lo han demostrado con el esfuerzo de la remontada. Juntos también apoyó esa ley, pero ahora se negociará todo en la Legislatura. ¿Cómo no imaginar, por ejemplo, una media sanción de esa derogación, con un toquecito judicial, que envíe el caso a decisión de la Corte? Como los reyes magos son los padres, los intendentes se creen con derecho a, por lo menos, pelearlo. No lo hicieron antes porque temían el costo político del reclamo en el público. Pero éste ya les ha dado el cachetazo de la derrota. ¿Qué costo más alto que una derrota?

La tangente antisistema une a peronistas con libertariosLos territoriales del peronismo que buscan la paga, incluyeron en el servicio algo inconfesable: ayudaron en algunos distritos a animar la lista de José Luis Espert, reponiendo boletas. Comprensible. Canalizó un voto indignado que le reporta al economista tres bancas. También la incluyeron en el delivery de boletas del conurbano. Comprensible. Hay una tangente que enlaza al padrón de indignados de los llamados libertarios- en realidad conservadores librecambistas – con el peronismo, que es un partido conservador de derecha.

Esa empatía se prueba en que la mejor elección de Javier Milei fue en la Comuna 8 de la CABA – Villa Soldati, Villa Riachuelo, Villa Lugano – reducto de sectores sociales identificados con el antisistema. Allí sacó 19,18%. En este sentido, Milei viene a ser una expresión antisistema como la que hace dos décadas encabezaba el trotskista Luis Zamora. Entre 2001 y 2005 Zamora llegó a tener 4 diputados nacionales y 8 legisladores porteños. La fiebre de novedades de los movileros les hace ver algo nuevo en donde en realidad hay lugares comunes que se repiten en el tiempo.

La crisis tras 50 años de senado peronistaEn estas incursiones en la zona gris que va de aquí al 10 de diciembre, hay que esperar otras escaramuzas. La pérdida de bancas en el Senado de la Nación tiene efectos destructivos para el peronismo, que justifica grandes martingalas para remediarla. Desde 1973 – hace medio siglo – el Senado ha estado controlado por el peronismo. La pérdida del quórum es el castigo al peronismo del AMBA, personificado en la figura de Cristina, por haberse atrincherado contra los intereses del peronismo territorial.

El cisma entre esos dos peronismos es tan profundo como el que hay entre el oficialismo y la oposición. Es en esa caída del poder en el Senado, después de medio siglo, en donde las elecciones del domingo pueden señalar un cambio de época. La dimensión del acontecimiento justificará emprendimientos discretos para remediar la falta de número, que arrastra no sólo a Cristina, sino a su socio Massa – que quedó a una o dos bancas del empate en cantidad de legisladores. Depende de un recuento en la provincia de La Rioja y de otro en Jujuy.

En 2009 también perdieron el quórumConviene hacer memoria para imaginar reacciones a situaciones como ésta en el pasado. Ya hubo un momento cuando el peronismo perdió el quórum en esa cámara. Fue en 2009, después de su derrota en las elecciones adelantadas a junio de aquel año. El senado y la oposición quedaron empatados en 35 votos, y hasta diciembre la cámara se paralizó. Entre junio y diciembre se sucedieron varios intentos frustrados de sesiones especiales, pero no se movilizó la actividad legislativa hasta que el peronismo logró encontrar socios para llegar a los 37 votos necesarios.

Ahí sí que hubo vocaciones acuerdistas para capturar senadores que les dieran el quórum. El gobierno animó esa parálisis legislativa de casi seis meses presionando con proyectos polémicos como la ley de Medios o la de PASO. Las dos se aprobaron entre agosto y diciembre de aquel año. También eran materia de debates irreconciliables en aquel senado empatado, los pliegos de los candidatos a directores del Banco Central: todos, entre ellos Mercedes Marcó del Pont, estaban en comisión. Algo que intentará ahora el oficialismo con senadores silvestres como Alberto Weretilneck, la misionera Magdalena Solari y la ahora emancipada Lucila Crexell – se alejó del interbloque federal de Juan Carlos Romero que la ligaba a Cambiemos.

Si van a acordar como entonces…Cristina era presidenta, y con ese ánimo mandó a Florencio Randazzo a que hiciera un acuerdo con la oposición. Picaron varios, menos Elisa Carrió, que entonces como ahora, hablaba de “abrazo del oso”. Es el temor a que el gobierno lleve a la oposición a compartir decisiones tóxicas cuyo costo no quiere pagar. El presupuesto de este año entró en término – 15 de septiembre – pero hasta ahora no ha ido a explicar nada ningún ministro ni técnico de Hacienda. Alberto Fernández habla de un plan económico y un presupuesto plurianual que contiene el acuerdo con el FMI. Para los mirones de la oposición esto tiene un solo camino: llevar a la oposición a que se desgaste apoyando un recorte de subsidios, sinónimo de tarifazo.

La carrera de Antonio Cafiero capotó a finales de los años ’80, cuando pactó con Raúl Alfonsín una reforma constitucional, y después, apoyarle medidas de salida de la crisis económica. Fue una decisión ruinosa para su carrera de gobernador -fracasó al intentar reelegir- y presidencial -lo tumbó una interna con Carlos Menem. Todo por jugar al pactismo en el país de la intransigencia que es la Argentina, en donde ha habido partidos que llevaron la marca “intransigente”, cuando la política es lo contrario, transigir.

Cristina había entregado antes a sus amazonasLa pérdida de bancas le produce un daño directo a la fuerza de Cristina en la cámara y en la trifecta presidencial. No sólo tiene que pagar la derrota en el distrito en el que ella es la jefa. También ha perdido en estas elecciones a candidatos fidelísimos a ella, como María de los Ángeles Sacnun (Santa Fe) o María Luz Alonso, la “Luchy” pampeana. Las dos iban segundas a senadoras por el peronismo, que sacó en esas provincias sólo la minoría. Ocupaban ese lugar porque ya antes Cristina había tenido que ceder ante los gobernadores al aceptar a sus candidatos a senadores.

La luz de sus ojos, la mendocina Anabel Fernández Sagasti, también entra por la minoría, después de vivir su tercera derrota seguida ante los Cambiemos de Mendoza.

Ya forcejean radicales y el PROMendoza, de paso, abre el fuego del debate en la oposición por los reacomodamientos poselectorales. Los radicales de la provincia encabezan los festejos, porque en la capital provincial, que administra Ulpiano Suárez, Cambiemos logró la diferencia más alta del país en la categoría diputados nacionales: 60,11% a 17,90%.

Los referentes locales, como Alfredo Cornejo y Ernesto Sanz -hoy distantes en la interna partidaria- tienen además juego nacional, y confrontan ese récord con los resultados de sus socios en la CABA. Larreta festeja el triunfo en la ciudad como una excepción notable para una administración que padeció como pocas la peste Covid y a la cual el Gobierno le saqueó el tesoro, con la quita de fondos del presupuesto. Pero sus adversarios internos le recuerdan que, comparada con las elecciones de 2017 – cuyos legisladores vencían mandato este año – el resultado debió ser mejor.

En 2017 las listas de Carrió y Lousteau – cuando no había Cambiemos – sacaron, sumadas, más del 65% de los votos. Vidal el domingo, con esos dos sectores unificados, saca un 46%. En 2017 ingresaron 10 diputados, ahora 7, o sea que pierden tres. En el renglón de los legisladores, Juntos queda 6 bancas abajo frente a las que tenían.

Desaires en el búnkerTe responden: no se pueden comparar resultados en contextos tan diferentes. Sí, pero igual te comparan, y más si el PRO hace distinciones antipáticas, como negarle el ingreso al palco del festejo, el domingo a la noche, a dirigentes como Miguel Pichetto o el gobernador Gustavo Valdés. Y dejarlo a Cornejo, presidente de la UCR, entre el público. No basta el argumento de que no hay que cerrarse a ampliaciones. “Pichetto tenía razón” cuando se abrió a otro peronismo que terminó en la fórmula junto a Macri en 2019.

Esta vez ese bloque de votos no peronistas subió más, a 42%, con triunfos en todo el país, o elecciones notables como las de San Juan o Tucumán. La directiva del PRO porteño exhibió laureles en la noche del domingo en El Mirasol del bajo autopista, pero sin socios, salvo un fugaz Martín Tetaz. El PRO tiene disfuncionalidades crónicas. Una es la endogamia. Otra es poner la vara muy alta y juzgarse siempre insatisfechos. Le falta algo de ese morbo que tiene el peronismo, que festeja hasta las derrotas.

Carrió prepara mesa de exámenesEn ese ajuste de cuentas entra también la fuerza de Elisa Carrió, que lamenta que su candidato a diputado nacional Fernando Sánchez no haya entrado. Estaba en el puesto 8 de la nómina porteña. Ella se cree postergada por la cúpula de la Coalición. No le hubiera costado mucho a sus socios porteños colocarlo en un puesto “entrable”. Ni le costará mucho abrirle ahora una puerta, designando en el gabinete a algún candidato que esté arriba en la lista, y que le deje el lugar. Será una prueba de amor de Larreta.

Carrió prepara en silencio su presentación en el congreso nacional de la Coalición Cívica, a los 20 años de su creación. Será el 27 de noviembre en la localidad de Open Door. Llevará un discurso en el cual reivindicará el Contrato Moral. Una advertencia a los propios, que se fascinan con los llamados del gobierno a una sala de acuerdos. Es de cuidado Lilita en momentos como estos. En 2014, le pegó el portazo a la coalición opositora que había ganado el lugar de tercera fuerza en las elecciones de 2013. “Fue un acto de semiótica, el inicio de una estrategia pensada”, explicó entonces. Ahí nació el proyecto de Cambiemos. Habrá invitados a ese congreso, y la lista revelará filias y fobias de Carrió, que es la más fina estratega de la furia opositora. Para esa fecha estarán de regreso en el país Macri – salió ayer para Medio Oriente – y Gerardo Morales – se está yendo a España -.

Larreta en esos días tiene compromisos en Madrid y Londres. Todas son oportunidades para el cambio de piel. Antes del 10 de diciembre Juntos por el Cambio espera realizar una reunión de mesa con un tema único: la estrategia legislativa. Ya tendrán resueltos enconos internos sobre la conducción de los bloques. Los baquianos confían en la capacidad negociadora de los caciques. Otros, quieren mandar todos los cargos a votación. Los entusiasma el efecto que tuvo la votación en las PASO. En Buenos Aires, los votos de Juntos son más que la suma de los que obtuvieron a Santilli y a Manes. Pero hay para todos, en CABA los votos de Vidal son menos que la suma de quienes participaron en las PASO. Enigmas para quinieleros.

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