En diciembre pasado, horas antes de su debut en la tradicional exhibición que se juega cada fin de año en Abu Dhabi y que marcaría su regreso a las canchas tras poco más de cuatro meses de ausencia, Rafael Nadal abría el corazón y reconocía: “No tengo grandes expectativas. La única es volver a jugar”. Aquejado por una lesión crónica en el pie izquierdo, que sufre desde 2005, no tiene solución y le produce mucho dolor, le había bajado el telón a su 2021 en agosto y hasta había llegado a pensar que ya no volvería a competir. No podía estar más equivocado el mallorquín.
Hoy, dos meses después, es el jugador del momento en el circuito ATP. “El Hombre Invencible”, apodo que se hizo viral en las redes después de su impresionante actuación en el ATP 500 de Acapulco, en el que ganó el título sin ceder sets y alargó una racha impresionante en este 2022. Tres torneos jugados, tres títulos y un récord de 15-0: con 35 años, el mejor comienzo de temporada de su carrera.
“Este torneo era complicado, porque comenzó con cinco de los seis primeros del mundo, pero terminé llevándome la victoria. Hace pocas semanas eso parecía imposible. Es increíble como las cosas cambian en un espacio tan corto de tiempo: de no poder entrenar a el día de hoy estar donde estoy. Estoy feliz”, analizó el español, que gracias a su victoria, escalará un lugar en el ranking y ocupará desde este lunes el cuarto escalón.
Con una victoria por 6-4 y 6-4 ante el británico Cameron Norrie, que había llegado al certamen mexicano también en un gran momento, tras coronarse en Delray Beach, Nadal quedó a dos triunfos de igualar los mejores comienzos de año de Pete Sampras y Roger Federer. El estadounidense firmó 17 triunfos al hilo en los primeros meses de 1997, hasta que perdió con el checo Bohdan Ulihrach en la segunda ronda de Indian Wells. El suizo llegó a esa misma cifra en 2018 antes de caer ante Juan Martín Del Potro, también en el desierto californiano.
El mallorquín -que tenía como su mejor arranque el de 2014, con 11-0- podrá superarlos si gana sus primeros dos partidos en ese mismo Masters 1000, que arrancará en once días.
El líder de esa estadística es Novak Djokovic, que en 2011 ganó 41 partidos consecutivos, antes de perder en las semifinales de Roland Garros ante Federer. El serbio también tiene una marca de 26-0 en 2020 y de 17-0 en 2013.
Nadal comenzó su 2022 con un título en el ATP 250 de Melbourne, que conquistó sin ceder sets. Continuó con su coronación en el Abierto de Australia, en el que entregó solo seis parciales y terminó levantando su 21° trofeo de Grand Slam, para quedar como el máximo ganador de la historia en esa categoría, rompiendo el empate con Federer y Djokovic (20 cada uno). Y continuó con el festejo en Acapulco, donde gritó campeón por cuarta vez.
La primera había sido en 2005, cuando consiguió en ese torneo -que todavía se jugaba en polvo de ladrillo- su tercer título profesional. Tenía en ese momento 18 años y 8 meses y se convirtió en el ganador más joven, récord que sigue en su poder. Ahora, con 35 años y 8 meses, es además, el más veterano en ganar el evento, que se disputa sobre cemento desde 2014.
“Son muchos años en el circuito, en aquel momento era algo nuevo. Pero ahora se valoran mucho más este tipo de victorias que cuando eres un niño de 18 años. En mi carrera hay muchos torneos que han dejado una huella importante. Confío que Acapulco sea un lugar en que la gente tenga un buen recuerdo de mí cuando no pueda volver. Yo guardaré un buen recuerdo en mi corazón”, comentó Rafa, quien por octava vez conquistó un mismo certamen cuatro o más veces.
El Abierto Mexicano -que ganó también en 2013 y 2020- se sumó así a Roland Garros (13 consagraciones), Barcelona (12), Montecarlo (11), Roma (10), Madrid y Montreal/Toronto (5 cada uno) y el US Open (4).
Ante Norrie, de 26 años y 12° del ranking, Nadal ganó su 11ª final consecutiva. No pierde una definición desde Australia 2019, cuando cayó en tres sets ante Djokovic.
Es la 15° vez que consigue al menos tres trofeos en una misma temporada. Desde que inauguró su palmarés en 2004, solo quedó por debajo de esa marca ese año, en 2016 (ganó dos, lesionado en la muñeca izquierda) y en 2020 y 2021 (un par en cada año, ambos complicados por la pandemia).
En Acapulco, donde venció en semis a Daniil Medvedev, desde este lunes, nuevo número uno el mundo, sumó el 91° trofeo de su carrera profesional. Así quedó a solo tres de igualar los 94 de Ivan Lendl, la tercera marca de la Era Abierta detrás de los 109 de Jimmy Connors y los 103 de Federer.
Estadísticas y cifras que agigantan aún más la leyenda de uno de los mejores tenistas de todos los tiempos; pero que el mismo Rafa pone en un segundo plano. Porque para él, lo más importante hoy es poder seguir jugando y ganando, a pesar de las molestias siempre presentes en su pie izquierdo. No para hacer crecer sus números, sino para sentirse competitivo dentro de una cancha y disfrutar de lo que hace.
En septiembre, Nadal se mostraba con muletas en las redes sociales tras haberse sometido a un tratamiento en el pie. Foto Instagram @rafaelnadal
“Siempre digo que ese tipo de récords se tienen que valorar cuando uno termina la carrera. Hoy lo más importante es que he ganado un torneo de prestigio importante en el mundo del tenis”, comentó. “Estoy bien, muy contento, no he perdido un set en todo el torneo y físicamente me he encontrado muy bien, a pesar de la intensa humedad que hay. He respondido bien. Y todo eso significa que mi nivel tenístico sigue siendo muy alto y que puedo competir contra los mejores”.
“En mi vida he tenido una gran capacidad de autocontrol. No me he sentido muy especial cuando las cosas me han ido muy bien ni muy desgraciado cuando han ido mal. Intento tener una actitud y un estado emocional intermedio, tranquilo y ver las cocas de una manera más relajada”, reflexionó el flamante campeón, que hace seis meses no podía imaginarse este gran presente.
Es que en agosto pasado, tras anunciar que terminaría temprano su temporada, se mostraba en las redes sociales con muletas tras realizarse un tratamiento en ese pie izquierdo que le viene dando dolores de cabeza desde 2005. Ese año le diagnosticaron síndrome de Müller-Weiss, una enfermedad crónica y degenerativa que provoca la deformación del escafoides tarsiano, uno de los huesos situados en la parte media del pie y que es esencial para la movilidad del mismo.
La felicidad de Nadal tras ganar el título. “Intento valorar cada día. Estoy feliz y agradecido”, aseguró. Foto EFE/David Guzmán González
“Tengo el escafoides partido a la mitad y se va inflamando y duele. Es algo que no tiene solución. En los últimos seis meses he tenido muchas dudas de si podía seguir, porque hoy lo más importante para mí es disfrutar adentro de una cancha. Y con este dolor, no puedo disfrutar del tenis”, comentó en enero, antes de su debut en Australia.
Por lo que se vio esta semana en Acapulco, esas malas sensaciones quedaron atrás, al menos por ahora. Rafa parece haber encontrado la manera de controlar el dolor y volver a ser competitivo dentro de la cancha. Y, sobre todo, de disfrutar del tenis, su gran pasión.
“Me considero un súper afortunado de la vida. He tenido una carrera mucho más larga de lo que hubiera podido imaginar, longeva, e intento valorar lo que me pasa cada día. Estoy feliz y agradecido del cariño de la gente. Me esfuerzo día a día para alagar esto el máximo tiempo posible y que, dure lo que dure, intentar disfrutarlo al máximo”, comentó el mallorquín, el flamante campeón de Acapulco. Hoy por hoy, el “Hombre Invencible” del tenis mundial.
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