Yago Zavalia Gahan (32) y Fernando Folgueiro (32) mantienen una estrecha amistad desde los 6 años y decidieron asociarse para apostar a un proyecto revolucionario en plena pandemia. La iniciativa de los dos argentinos nació al explorar mercados alternativos a partir de una confluencia de intereses legales, financieros y tecnológicos.
El equipo es multifacético. Fernando estudió Derecho en la UBA y tiene una licenciatura en Psicología y una maestría en Economía Aplicada en Di Tella. Yago es ingeniero mecánico (ITBA), realizó un MBA en Harvard Business School y trabajó en procesos de automatización en empresas como Techint y Tesacom.
El match de sus perfiles académicos le dio forma a la novedosa idea en el país de financiar litigios para resolver conflictos legales. Fundaron Qanlex (https://www.qanlex.com/es/), una startup tecnológica que opera como fondo de inversión (gracias a un software que “analiza” millones de casos) para ofrecer financiamiento a quienes quieran llevar casos a la Justicia, en marzo de 2020.
Se convirtió en el primer fondo de inversión tech especializado en litigios en el derecho continental. “Antes de la explosión del trabajo remoto, planteamos una empresa totalmente descentralizada que nos permitiera hacer escalable al modelo desde el día cero.
La pandemia aceleró los procesos de digitalización de los poderes judiciales, lo que habilitó un caudal de información que ayudó a robustecer nuestro desarrollo tecnológico. En todo momento, confiamos ciegamente en ser el futuro de este mercado naciente”, le cuentan a Clarín.
¿De qué se trata la financiación de litigios?La industria de la financiación de litigios o litigation finance es un fenómeno relativamente nuevo y de muy rápido crecimiento a nivel internacional que consiste en la provisión de fondos por parte de un tercero ajeno al conflicto para llevar a cabo una demanda legal meritoria.
Fernando Folgueiro, uno de los fundadores de Qanlex, una startup tecnológica que opera como fondo de inversión dedicado a financiar litigios.
La operatoria consiste en adelantar capital al demandante (empresas, individuos y estudios jurídicos) a cambio de un porcentaje menor de la sentencia.
“De esta manera, ayudamos a nivelar la cancha para que aquellos actores con menor capacidad financiera puedan llevar adelante reclamos meritorios que nunca hubieran visto la luz de la Justicia por falta de acceso a capital”, describe Fernando.
Además, es una forma para que las empresas, aún con liquidez, eviten destinar recursos a procesos legales que no forman parte de su actividad esencial. “La mayor ventaja para el demandante es que esta financiación no constituye un préstamo o deuda, por lo que si la demanda nunca se cobra se extingue la obligación de repago y la pérdida la asume Qanlex”, suma Yago.
”Hacemos un aporte de capital contingente al resultado, es decir, solo cobramos si a quién financiamos le va bien. Es un win-win para ambas partes. Tenemos capacidad para hacer inversiones desde 10.000 dólares hasta varios cientos de miles, dependiendo el proceso y la cuantía reclamada”, le explican a este medio.
Yago Zavalia, uno de los fundadores de Qanlex, una startup tecnológica que opera como fondo de inversión dedicado a financiar litigios.
En cuanto a la falta de desarrollo a nivel local, comentan que la incertidumbre jurídica, el historial de saltos devaluatorios y una capa de volatilidad a las inversiones en reclamos con pagos en moneda local hacen que Argentina no sea el terreno más fértil para el desarrollo de esta industria.
“Estos riesgos sistémicos los suavizamos al operar en varios países, siendo que se trata de activos cuyo riesgo no se correlaciona entre sí”, señalan.
Para entender cómo funciona ilustremos con un ejemplo. Imaginemos una empresa que tiene un reclamo legal cuya sentencia le valdría varios millones de dólares, pero no cuenta con los fondos suficientes para hacerle frente a los gastos del proceso legal.
En esta situación, puede acudir a uno de estos fondos para que le financie los gastos a cambio de una porción menor de lo que eventualmente cobre por el juicio.
De modo que el financiamiento de litigios presenta varias ventajas para todos los actores involucrados. A quien tiene un reclamo legal le asegura el acceso a la Justicia sin necesidad de desviar fondos propios, mitigando riesgos y limpiando los estados financieros en caso de tratarse de una empresa.
Luego de levantar 600.000 dólares con el primer fondo de inversión, Qanlex lanza su segunda ronda para responder a demandas de hasta 600.000 dólares. “Hemos invertido en 29 demandas. Actualmente, estamos operando a través de nuestro segundo vehículo, con inversiones entre 100.000 y 600.000 dólares”, detallan.
Hoy, la compañía opera en 12 países: Argentina, Chile, España, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Panamá y México.
La tecnología, un aliado clave del éxitoMás allá de ser pioneros en la mayoría de los países donde operan, la gran innovación del proyecto es el desarrollo tecnológico que los ayuda a hacer más eficiente la evaluación interna de los casos.
Bajo la consigna de proveer capital para llevar a cabo demandas meritorias, implementan un algoritmo de screening, Case Miner, que rastrea, filtra y selecciona entre millones de demandas de empresas e individuos.
Luego, las parametriza, y utilizando modelos de machine learning las rankea para encontrar las “más atractivas”. Entonces, el sistema ‘rankea’ en función de cuatro factores: viabilidad del caso, el tiempo (cuánto falta para la sentencia final), la solvencia de la parte demandada y la del estudio jurídico que lleva a cabo el litigio.
“Nuestro software nos permite ser extremadamente eficientes y escalables y nos ayuda también a evitar sesgos humanos y poder basarnos en lo que dicen los datos”, puntualizan.
“A diferencia de un fondo tradicional, que se basa en una red preestablecida de contactos y lleva demandas a la firma para luego ser analizadas por un equipo jurídico, contamos con un desarrollo tecnológico que nos permite hacer escalable el modelo y llegar a nuevas regiones”, puntualizan.
Además, un aspecto importante de la litigation finance que, a veces pasa desapercibido, es el gran impacto social que tiene. En un sistema en el cual el capital es de gran ayuda a la hora de resolver un problema legal, evita que el capital sea un impedimento en el acceso a la justicia.
¿Qué expectativas y desafíos tienen para el futuro con este proyecto?
– A mediano plazo, nuestro objetivo es posicionarnos como proveedores líderes de este tipo de financiamiento en todo lo que es derecho continental. Necesitamos seguir ampliando nuestro embudo de adquisición de casos, incorporando nuevas bases a nuestro software y desarrollar con mayor precisión nuestros modelos automáticos de evaluación.
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