Luego de la derrota en la final de la Copa del Mundo ante Argentina, de a poco los jugadores de la Selección de Francia comienzan a hablar del partido y tratar de mirar hacia delante. En las últimas horas, quienes rompieron el silencio fueron Aurelian Tchouameni y Kingsley Coman, los dos galos que desperdiciaron sus penales en la tanda donde fue héroe Emiliano “Dibu” Martínez.
El primero en hablar fue Tchouameni, que juega en el Real Madrid. El volante habló sobre sus responsabilidad en el remate, sostuvo que practicaron los tiros desde los doce pasos, pero reconoció que no funcionó.
“Habrá tiempo para digerir la amargar y la frustración. Hasta el final, se ensayó todo. Yo asumo mis responsabilidades, eso no anduvo y soy el primer desilusionado”, dijo el 8 francés.
“Yo estoy seguro de que el futuro del equipo de Francia se anuncia radiante, sobre todo si podemos contar con ustedes a nuestro lado”, agregó.
Tchouameni fue el tercero en patear y el segundo en errar. En su caso, tiró la pelota afuera, a pesar que Dibu acertó el palo donde se dirigía el remate. Al respecto, Martínez había dicho hace unos días que había hecho un juego psicológico para tratar de desgastarlo. Funcionó, ya que en su intento por esquinar lo más posible el remate, lo tiró afuera.
“En los penales soy fuerte y sé que me respetan porque me lo dicen. Cuando paro el primer penal en una final del mundo, sé que el otro chico (Tchouaméni) estaría nervioso. Traté de jugar mentalmente, tirándole la pelota lejos, hablándole. Y la tiró afuera, se cagó”, dijo el arquero durante su presentación con la gente en Mar del Plata.
La otra víctima del 23 fue Coman, el jugador del Bayern Munich. En un escueto mensaje, el jugador agradeció por el apoyo de los hinchas. “Gracias por sus mensajes de apoyo. Fue una aventura increíble y podemos estar orgullosos de lo que hicimos. Decepcionado y triste, pero no derrotado”, afirmó.
Coman fue el jugador a quien Dibu le atajó su remate, volando sobre su palo derecho. Sin embargo, esta fue una aventura total del arquero, que no tenía registro de otros penales que haya ejecutado el jugador. No había podido estudiarlo.
Así lo confirmó Martín Tocalli, uno de los entrenadores de arqueros del cuerpo técnico de la Selección. “No teníamos ninguno de él que hayamos visto”, contó en una entrevista reciente.
El bailecito tras detener el penal de Tchouameni. (Odd ANDERSEN / AFP) Dibu fue un maestro en los juegos psicológicos, tanto en la tanda de penales contra Países Bajos como ante Francia. Sus métodos, sus bailes y su enorme confianza a la hora de pararse dejó un tendal de dolidos alrededor del mundo. Es que fueron varias las voces de jugadores, entrenadores y hasta ministros que se expresaron en contra del arquero campeón del mundo.
Uno de los últimos fue el delantero chileno Mauricio Pinilla, que se retiró del fútbol y ahora es comentarista para ESPN Chile. En su caso, le molestó que Dibu juegue con un muñeco de un bebé con la cara de Kylian Mbappé, el cual le arrojaron durante los festejos por la copa.
“Si yo, arquero, voy a andar con una guagüita (bebé) con la cara de un tipo que me metió cuatro tiros de cuatro en mi portería, ni me aparezco ni lo agarro en brazos”, dijo el ex jugador.
Pinilla fue quien se tatuó en la espalda una insólita jugada suya del Mundial de Brasil 2014. Fue el gol que pifió en el último minuto del duelo de octavos de final ante los locales. “A un centímetro de la gloria”, se escribió. Su selección luego fue a los penales y quedó en el camino.