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Más que Gallardo: las historias de los tres DT que llevan más tiempo al frente de un mismo equipo en Argentina

Las ocho temporadas completas y la novena en tránsito que dejó Marcelo Gallardo como entrenador de River, quedaron en el terreno de la estadística junto con los 14 nuevos trofeos que están en las vitrinas de Núñez. El Muñeco dejó la sensación que un ciclo tan largo en el fútbol moderno es una excepción que, en todo caso, actualizó los siete años -y ocho temporadas- que Carlos Timoteo Griguol pasó en Ferro Carril Oeste, el último de los procesos de largo aliento anclado en el siglo pasado.

Las fotos en blanco y negro de Victorio Spinetto y sus 14 temporadas en 13 años y medio en Vélez entre 1941 y 1955, o los 12 de José María Minella en el Millonario, entre 1947 y 1959, parecen confirmarlo. Pero no. En el nuevo milenio hay entrenadores que comenzaron la cuenta antes que el Muñeco y siguen sumando. ¿Dónde? En el Ascenso metropolitano y en el del Interior y todos hablaron con Clarín.

El más reconocido es Pablo Vico, que en marzo se convertirá en el director técnico con mayor cantidad de años al frente de un mismo equipo: 14 al frente de Brown de Adrogué, equipo con el que ascendió dos veces a la Segunda División, en la que se mantiene desde hace seis temporadas, algo inédito para ese club del conurbano. Cuando Gallardo comenzó su ciclo en River, el DT del Tricolor ya había logrado el primero de los saltos de Primera B  a, entonces, B Nacional.

Pero hay más que siguen contado temporadas y superan, en tiempo, el ciclo de Gallardo. Hay que buscarlos en los regionales o el torneo Federal. En Independiente de Chivilcoy, Alberto Salvaggio firmó como entrenador en 2009 y comandó al Rojo en el Federal A hasta cuartos de final, instancia en la que fue eliminado por Olimpo. En la liga regional, delegó la tarea en otro entrenador.

En Tres Arroyos, Leonardo Gómez va para los 10 años al frente del Huracán de esa ciudad. El Globo supo estar en la Primera División y que hoy compite en el Regional Amateur Federal en el que otros 281 equipos, divididos en 79 zonas y 8 regiones de todo el país, pelean por uno de los cuatro ascensos al Federal A.

El proyecto de Huracán de Tres Arroyos  Leo Gómez: nueve temporadas completas con el Globo. Foto Prensa Huracán de Tres Arroyos En Tres Arroyos, el DT Huracán es Leo, a secas. Reparte su tiempo en la Cooperativa Eléctrica de Tres Arroyos (CELTA) que se encarga de la red eléctrica en la ciudad. Es el mismo que jugó con la 5 en la espalda desde infantiles y en el recorrido del torneo regional al Federal A, que condujo al Globo a la B Nacional y Primera, en la temporada 2004 tras ganarle la Promoción a Atlético Rafaela.

Tras el descenso en la temporada siguiente, regresó al Federal A, luego al B –hoy no existe- y después de un debate interno, el club decidió retirarse de esa competencia y abocarse al torneo de la liga tresarroyense. Ahí, entonces, en 2013 llegó Gómez como DT y devolvió al equipo a los torneos organizados por el Consejo Federal de AFA.

Logró los campeonatos de las temporadas 2014 y 2018. Desde hace un tiempo además coordina todo el fútbol en el club: su sello son las inferiores, ya que sus equipos están integrados casi en su totalidad por valores de la cantera. Ahora tiene dos: uno con el que compite en la liga local y otro con el que intentará el ascenso.

El primer fin de semana de noviembre, el equipo que se presenta en la liga de Tres Arroyos le ganó a Olimpo por 2 a 0 y se quedó con el Clausura. 

“Me crié en el club, dirigí y dirijo porque es Huracán. No me veo dirigiendo en otro lado. Conozco bien el gusto futbolístico del club y como se manejan los directivos. Más allá de haber sido parte de un proceso histórico del club, de haber jugado prácticamente en todas las categorías. Eso tiene que ver en el cariño de la gente y los dirigentes en los momentos malos. Porque en los momentos buenos, cualquiera te sostiene…”, asume Gómez, que tiene una rutina cargada.

El plantel del Globo que juega por un ascenso al Federal A. Foto Prensa Huracán Tres Arroyos Arranca su jornada laboral como contador de la compañía eléctrica a las 7, la culmina a las 14, de allí derecho al entrenamiento de la Primera hasta las 16, luego almuerza y a las 18 comienza la tira de inferiores hasta las 20. Así todos los días, excepto los lunes, que la Primera no entrena. El fin de semana, está dedicado íntegramente a la competencia: sábado, juveniles; domingo, Primera.

“Salvando las enormes distancias y sin querer compararme con Gallardo, los procesos son similares: llevé a mi idea de una forma global. Tanto en Primera como inferiores, quiero mantener una línea y lo logré. Mucha gente que está en el club tiene, tenemos, el mismo sentido de pertenencia que tiene Gallardo y los dirigentes en River”, asume Leo Gómez.

Una cuenta más larga que la del Muñeco Alberto Salvaggio está al frente del Rojo de Chivilcoy. Foto archivo Salvaggio En Independiente de Chivilcoy las riendas del equipo las lleva Alberto Salvaggio desde 2009. Eso implica que el ex arquero de Sarmiento de Junín y Los Andes, entre otros equipos, cumplirá 14 años al frente del equipo en 2023. ¿Dónde está la clave?

“En 2014 descendimos, presenté la renuncia y no me la aceptaron. Se bancó el proyecto y ascendimos nuevamente. Este año estuvimos 17 partidos en zona de descenso -17 eh, en rojito- y nunca se le cruzó por la cabeza a nadie cambiar. Hoy este presente nos pone muy feliz: no solo al cuerpo técnico, lo digo también por lo dirigencial, somos todos amigos y sabemos cómo pensamos”, cuenta Salvaggio, quien cree que, igual que el Muñeco, el club confió en el proyecto.

“Creo que la gente de River estaba tan convencida de lo que hacía su técnico que en las buenas y en las malas lo iban a bancar igual. Acá pasa por un convencimiento de la gente por tu trabajo”, traza paralelos. Pero el Muñeco cumplió un ciclo y se marchó ¿Los proyectos matan proyección profesional?

“Representar a mi ciudad y ser parte de esto es gratificante. Hay muchos jugadores formados en inferiores, jugamos dos veces la Copa Argentina, vamos a repetir ahora (será rival de Estudiantes de La Plata), y también tuve la posibilidad de irme. Me llamaron varias veces. Ahora, incluso, me llamaron de dos lugares. Yo estoy afincado acá, por cuestiones laborales es muy difícil moverme, aunque me encantaría”, reconoce el DT.

El DT que se quedó a vivir Pablo Vico perdió nueve partidos seguidos y sigue firme en el Trico. Foto Prensa Brown de Adrogué Ni Gallardo ni Gómez ni Salvaggio llevaron el sentido de pertenencia tan lejos como Pablo Vico, que pasa las 24 horas en Brown de Adrogué. Vive allí, junto a los vestuarios detrás de una de las tribunas. En marzo, cumplirá 15 años con el Tricolor y nadie lo asocia en otra institución.

Ni los dirigentes le aceptaron la renuncia cuando en este torneo su equipo perdió nueve partidos seguidos. El presidente del club, Adrián Vairo, le dijo: “Vos de acá no te vas, se irán los jugadores pero no vos”. La mala racha continuó: fueron 12 partidos sin triunfos con apenas dos puntos de los 36 posibles, pero cuando llegue marzo, Vico habrá cumplido 15 años ininterrumpidos al frente del Tricolor. ¿Se queda para toda la vida?

“A todo el mundo le seduce un crecimiento. En mi caso, siempre y cuando hay una proyecto serio. Si me llaman y la cosa es partido a partido, me quedo en Brown de Adrogué. Brown es mi casa. Yo no puedo estar cambiando de club cada seis meses: al tercero, no dirijo más. Yo quiero un proyecto serio, si lo hay, me siento a una mesa chica. Dos de los equipos que están ahora en semifinales me llamaron, pero sin un proyecto interesante como acá (en Brown)”, explica quien le dio los únicos dos ascensos del club a la antesala de la primera división.

La clave para sostenerse al frente tiene que ver con la administración del presupuesto. “Uno demuestra diariamente la calidad de trabajo. Con un presupuesto austero se pueden hacer muchas cosas, siempre y cuando uno tenga la capacidad de hacerlo”, distingue.

Una postal del partido entre Brown de Adrogué ante Brown de Madryn, este campeonato. Foto Matias Arrascoyta A diferencia de Salvaggio o Leo Gómez, Vico se imagina al frente de otra institución. “Tengo mucha pertenencia con el club, como le debe pasar a Gallardo también. Por eso, ante una posibilidad de un crecimiento, en algún momento me gustaría pegar un salto”, admite.

El lugar común del fútbol que explica las salidas repentinas de los entrenadores que no pueden hilvanar un rumbo victorioso, suele explicarse con la analogía del fusible. Que cuando las cosas no marchan, el DT suele ser el fusible que se quema y reemplaza para que el motor siga funcionando. En algunos clubes, parece, la mecánica es un entramado en el que el entrenador nunca es el problema.

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