Al menos tres jóvenes estarían identificados y son buscados por el robo de 240 mil dólares a un joven comerciante de telefonía celular de Posadas. Por el hecho, registrado durante la medianoche del viernes pasado sobre calle Soria a pocos metros de la avenida López y Planes, zona oeste y jurisdicción de la comisaría Sexta de la Unidad Regional I, los investigadores del departamento “Robos y hurtos” de la Dirección Investigaciones Complejas de la Policía provincial, avanzaron durante las últimas horas e intentan ubicar a los presuntos ladrones registrados por varias cámaras de seguridad cuando entraban, robaban y escapaban del departamento con una caja fuerte que contenía el millonario botín en pesos y reales también. Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN adelantaron que uno de los supuestos delincuentes es hijastro de un integrante de la Dirección Infantería de la Policía y sobrino de un convicto que fue recapturado hace pocas semanas, mientras que los restantes serían allegados directos a este presunto cabecilla y todos con antecedentes en delitos contra la propiedad. El robo sorprendió por el monto que alcanza los 100 millones de pesos, pero también llamó la atención la facilidad con que actuaron los ladrones, quienes necesitaron menos de 30 segundos para ingresar al edificio de tres pisos de calle Soria al 2.663, ir directamente al departamento de la víctima, reventar con una barreta la cerradura de la puerta, entrar hacia la habitación de la propiedad y retirarse con la caja fuerte del comerciante. Los registros de cámaras de seguridad en las inmediaciones y adentro de la vivienda son elocuentes al respecto y despertaron las primeras sospechas de los investigadores en dirección a que el golpe no fue al voleo ni al azar. “Tenían el dato de que había una caja fuerte y el lugar donde tenían que tomarla”, remarcó una voz vinculada a la investigación. INGRESO. La puerta rota y los ladrones cubiertos con capuchas, gorras y barbijos. El denunciante había instalado una cámara de seguridad adentro de su departamento en el primer piso. Este dispositivo se conecta vía internet con su celular y no pasaron muchos minutos, a las 0.25 del sábado, cuando notó que lo habían “visitado” al menos tres delincuentes. Cuando chequeó la aplicación en su teléfono se alarmó porque vio la puerta abierta de su vivienda y se percató que la cerradura estaba forzada, barreteada. Se subió a su camioneta y raudamente se dirigió a constatar el peor presagio con sus ahorros. La víctima estaba en un complejo de canchas de fútbol 5 y pádel de las avenidas Santa Catalina y Chacabuco cuando tomó conocimiento del hecho y se dirigió para constatar el daño más grande: le acababan de robar 240.000 dólares, 8 millones de pesos y 3.000 reales. El comerciante recurrió a la policía para denunciar el robo y permitir los primeros pasos de los investigadores. Aportó los registros de cámaras de seguridad del edificio y la que montó adentró de su departamento. Integrantes de la Dirección Cibercrimen analizaron las imágenes y facilitaron la intervención de Investigaciones Complejas. “Mejicaneada” La posibilidad de una “mejicaneada” o una traición al denunciante se mantiene como premisa de la pesquisa y esta dirección posibilitó la provisoria individualización de los tres presuntos autores. No obstante, el juez de Instrucción de turno, Marcelo Cardozo, aún no recibió un sumario con las actuaciones al respecto. De un resumen y precisión sobre los escondites de estos jóvenes y sus probables cómplices dependerán las órdenes para allanar propiedades y tal vez dar con parte del botín u otros elementos para justificar las detenciones.
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