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POSADAS. Esta semana comenzó a circular el nuevo billete de 2 mil pesos y para el consultor económico Gonzalo Acuña, se trata de una medida algo tardía que no alcanza a resolver la cuestión de la altísima cantidad de billetes circulantes, en un contexto de alta inflación y suba constante de los precios. En contacto con el programa Somos Identidad, Acuña puso de relieve que desde 1935, el país cambió de moneda en cinco oportunidades, un proceso por el que no puede achacarse culpas a empresarios, comerciantes o formadores de precios.
“Ya han pasado 3 años de la pandemia y recién sale a circulación este billete cuando tenemos una inflación de más del 100% anual”, comentó Acuña con relación al nuevo billete que tiene impresos los rostros de dos médicos, Cecilia Grierson y Ramón Carrillo.
De acuerdo con Acuña, se eligió a estos médicos para el nuevo billete porque su emisión estaba prevista para el 2020, el primer año de la pandemia del coronavirus. Sin embargo, la entrada en circulación de estos billetes –los de mayor denominación actual- “quedó atrasada y en la calle necesitamos un billete de mayor denominación. ¿De cuántos dólares representan esos 2 mil? Son 4 dólares con 20 (centavos)”, apuntó el analista.
En defensa de billetes de mayor denominación, Acuña planteó que “cuando nuestra moneda fue más fuerte, en la década del ‘90, nuestro billete de más denominación era el de 100 pesos, que equivalían a 100 dólares. Pasamos de 100 a 4 dólares de circulación”, sostuvo Acuña, añadiendo que para equiparar los billetes de máxima denominación de los 90s y los actuales, “necesitaríamos un billete de casi 50 mil pesos”.
“Eso refleja de manera muy dura, la pérdida que ha sufrido nuestra moneda. Ese peso es el mismo, pero vale 500 veces menos”, sentenció Acuña.
Ante la consulta de este medio, Acuña remarcó que el objetivo de la emisión de los nuevos billetes de 2 mil pesos, “es apaciguar la cantidad de circulante. Pero ¿por qué no se sacan billetes de más alta denominación? A Argentina no le alcanza la capacidad de impresión y los tiene que imprimir de afuera, de Brasil, Europa y China, nos imprimen y envían los billetes a un costo altísimo que lo pagamos todos”, denunció el especialista.
Vinculado con este problema, Acuña puso de relieve que la pérdida de valor de la moneda, que se traduce en la remarcación de precios constante, golpea en mayor medida a los sectores de menores ingresos. “La inflación va robando poder adquisitivo, de abajo hacia arriba, desde las clases más bajas a las medias y a los que menos afecta es a los de altos ingresos, porque se ajustan y sobreviven. Por eso los índices de pobreza no paran de escalar. Y el 30% de los trabajadores son pobres. Una familia con dos personas cobrando el salario mínimo no les alcanza para cubrir la canasta básica, es decir, son pobres. Es un fenómeno preocupante, porque avanza todos los meses”, planteó Acuña.
Por otra parte, Acuña opinó que actualmente, “el plan económico es ‘aguantar’ y en el medio, estamos todos los argentinos que todos los días podemos comprar menos que la anterior vez que fuimos. Anuncian medidas aisladas e improvisadas. Lo que hay que solucionar es el problema de nuestro peso”, enfatizó.
En su explicación sobre las causas de la inflación, Acuña señaló que existen dos grandes corrientes, la que sostiene que es un fenómeno estrictamente monetario –a mayor emisión, mayor inflación- “y la otra que es la multicausal”, que señala que la inflación es producto de muchas causas, “entre ellas la monetaria”.
“Si está en todas las teorías que la moneda es uno de los causales de la inflación, por qué no nos ponemos de acuerdo los economistas de los distintos partidos, para solucionar el problema de nuestra moneda. Y después nos ocupamos de ver si hay especuladores”, propuso Acuña, más inclinado a la explicación ortodoxa sobre la inflación.
En esta línea, Acuña recordó que “desde que se fundó el BCRA (Banco Central), en 1935 destruimos 5 monedas –pesos, pesos ley, australes, peso- y por la inflación, ¿siempre le vamos a echar la culpa al comerciante y al empresario, que buscan sobrevivir? O nos vamos a hacer responsables. Eso en el mundo no ocurre, sólo en Argentina”, puso de relieve el consultor.
“Otros países han tenido el mismo problema que nosotros, pero lo han solucionado, y estoy hablando de Inglaterra en 1970, y de Perú y Brasil en 1990”, contó Acuña, que propuso tres ejes para resolver el problema como lo hicieron estos países.
“El común denominador de los que solucionaron” el problema de la inflación es que lograron un “consenso, se sentaron los distintos partidos y dijeron no queremos nunca más inflación porque esto destruye la economía y nuestras expectativas de vida”, sostuvo Acuña.
Y amplió sobre los otros dos ejes: “independizaron la emisión monetaria (del Banco Central) del ejecutivo de turno, y tercero, dijeron ‘nunca más podemos tener déficit fiscal’, gastar más de lo que ingresa. Esos tres objetivos los lograron, ¿por qué no podemos lograrlos nosotros?”, planteó el analista.
Por último, Acuña advirtió que con una inflación de tres dígitos anuales, el país está a las puertas de una nueva Hiperinflación, que sería “nuestra cuarta crisis inflacionaria. Ya estamos con un problema serio”, remarcó.